Los
eclipses totales de la Luna se producen cuando hay un alineamiento casi
perfecto entre el Sol, la Tierra y la Luna, al proyectar la Tierra su
sombra sobre el satélite cuando está en fase de luna llena, un fenómeno
poco frecuente que se produjo, el último de ellos, el 10 de diciembre de
2011.
Sin
embargo, la Luna no desaparece de la vista, sino que se tiñe de rojo,
porque la atmósfera de la Tierra filtra la luz solar y deja pasar solo
el rojo, que se proyecta sobre la Luna.
En
este caso, además de en Norte y Sudamérica, el eclipse también pudo
verse desde Australia y el Pacífico, informó en un comunicado la NASA,
que desde antes de las 07:00 GMT transmite el fenómeno en su página web.
Las
fases del eclipse: la Tierra genera sombra sobre el satélite, al
cubrirlo se produce la “luna roja” y finalmente recupera su color
natural con la luz del Sol.
Según
la NASA, dependiendo de las condiciones climáticas de cada lugar, en
América la gente pudo apreciar un espectáculo en el cielo al ver cómo la
Luna cambia de un color anaranjado brillante, a un rojo intenso, un
marrón oscuro y quizás incluso al gris.
Este
fenómeno ha estado rodeado a lo largo de la historia de muchas
supersticiones y referencias a profecías sobre desastres naturales de
gran magnitud. Por ejemplo, el libro Four Blood Moons, publicado el año pasado por el teleevangelista John Hagee, sugiere una vinculación entre la tétrada y los vaticinios bíblicos sobre el fin del mundo.
La última vez que tuvo lugar una serie de cuatro eclipses lunares totales ocurrió en 2003 y 2004.
El
experto en eclipses de la NASA Fred Espenak aseguró que en el siglo
XXI habrá nueve grupos de tétradas, lo que da la idea de que es un
suceso que ocurre frecuentemente, pero eso no ha sido siempre así.
“Durante el intervalo de 300 años desde el año 1600 al año 1900, por
ejemplo, no hubo tétradas”, afirmó.
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