¿Cuántos de nosotros nos hemos quedado fascinados por tener Internet
por toda la casa sin la necesidad de conectar nuestros dispositivos a un
cable de red? Creo hablar en nombre de todos cuando digo que el WI-FI
nos pareció algo tremendamente revolucionario para nuestros hogares,
para facilitarnos la movilidad de un sitio a otro de la casa.
¿Y cuál es nuestra sorpresa al enterarnos de que la transmisión
inalámbrica de energía fue descubierta hace más de cien años? En efecto,
Tesla diseñó una torre de electricidad WI-FI que funcionaba a la
perfección, tan solo necesitaba una fuente de financiación para
desarrollar y comercializar ese gran invento. Pero nadie le quiso
financiar la investigación por un motivo de peso, y es que al ir la
electricidad por el aire como las ondas de radio, cualquier persona
podría utilizar esa electricidad sin tener que pagar por ella. Así que,
resumiendo al máximo, hoy 2013 no tenemos electricidad inalámbrica
porque no se le puede poner contador. En efecto, si las compañías
eléctricas pudieran tarificar de alguna manera esa forma de distribución
de energía eléctrica como hacen ahora (X precio por kilovatios
consumidos) hoy nuestros montes permanecerían sin una sola torre de alta
tensión y nuestras casas mantendrían los mismos aparatos electrónicos,
solo que sin un solo cable. Como muy bien decía Santiago Camacho en
Milenio 3, esta situación del siglo XXI es más propia del siglo XIX.
Nikola Tesla, un adelantado a su tiempo, un gran visionario
desarrolló este invento introduciendo dos términos: la inducción y la
resonancia. Lo que intentó hacer es mediante dos bovinas, incorporarle a
una corriente alterna y generar un campo magnético oscilante junto a la
segunda de ellas. En definitiva, esta segunda bovina también tendría
electricidad inducida. Pero, al separarlas perderíamos este campo
magnético y no podríamos tener electricidad. Y es aquí donde entra la
resonancia, y es que si la frecuencia de resonancia entre las dos
bovinas y a la del campo magnético oscilante se produciría un
acoplamiento magnético oscilante, o en términos más nuestros,
significaría que aunque separásemos estas dos bovinas un buen trecho
seguiríamos teniendo electricidad en la zona. Lo explica de una forma
gráfica este simpático señor disfrazado de Tesla en este vídeo.
Sin embargo, como le ocurrió al inventor del motor de agua,
este inventor prodigio no tuvo suerte. Además de no poder financiar su
invento estrella se encontró con un sinfín de dificultades que acabaron
abocando su laboratorio de Colorado Springs a escombros. Pero por si
esto fuera poco, cuando Tesla murió, el Gobierno de Estados Unidos se
apropió de toda la documentación que contenía estudios e investigaciones
increíbles con la excusa de saldar deudas del inventor en cuestión, lo
que lógicamente causó la indignación de mucha gente. Años más tarde, un
siglo concretamente, miramos hacia atrás con anhelo de poder disfrutar
algún día de este invento, que además tenía el plus de ser seguro y de
no suponer ningún peligro para las personas. Tal vez aún haya esperanzas
de recuperar este invento, y es que el MIT en 2007 consiguió encender
una bombilla y posteriormente ha habido demostraciones en las que vemos
encenderse un televisor sin cables o a un smartphone cargándose, he aquí
la demostración que hizo Eric Giler en 2009 (minuto 6:30)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué te ha parecido esto, eh?
Dejanos tu comentario y haznos saber lo que piensas.