Maimaiti Hali, de ocho años, se sometió a una operación de dos horas durante la cual los médicos le quitaron su deformidad.
Su padre, Maimaiti Musai, dijo: “Nos dijeron que la cirugía no era posible cuando era muy chico así que esperamos. Pero el crecimiento se hizo más grande y más difícil y quedó como una caparazón de tortuga”.
Médicos del Hospital General Militar de Urumqi, en China, informaron que se reemplazó el caparazón con injertos de piel del cuero cabelludo de Hali y piel de las piernas.
“La piel que quitamos era tan gruesa como un cuero de toro”, señaló el cirujano.
Hali, oriundo de Heping, el norte de China, agregó: “Fue un poco doloroso, pero no voy a preocuparme nunca más de que los niños se rían de mi”.
“Tengo muchas ganas de salir al sol sin verguenza y de ir a nadar con mis amigos”, cerró el pequeño.
cachicha.com
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